viernes, 16 de febrero de 2018

#WomenPNL: "Elías Portolu", de Grazia Deledda

Este es el tercer libro que leí para el reto. La autora en cuestión es Grazia Deledda, quien nació en Italia y tuvo que estudiar Literatura de forma autodidacta porque en esa época las mujeres no podían continuar estudios superiores a la primaria. Publicó numerosas novelas y obras de teatro que retrataban la vida en la región de Cerdeña, siempre poniendo el foco de atención en la asfixia que causaban los preceptos religiosos y morales. Elías Portolu es una de ellas. 

Título: Elías Portolu

Título original: Elias Portolu

Autor: Grazia Deledda (1871-1936)

Año de publicación: 1903

Traducción: José Miguel Velloso

Calificación: 🌟🌟🌟

Y el odio, ¿sabes qué es? ¿Y ver triunfar al enemigo, al rival, que se apodera de lo tuyo y luego te persigue? ¿Y te han traicionado? ¿Traicionado la mujer, el amigo, el pariente? ¿Y has acariciado durante años y años un sueño, y luego lo has visto desaparecer ante ti como una nube? 

Otra vez tropiezo con lo mismo: me gusta la forma, no el contenido. Elías Portolu es una novela con un despliegue muy bueno en las descripciones y en los diálogos, pero los hechos y los personajes no me interesaron en lo más mínimo. De hecho, llegaron a exasperarme y yo suelo ser muy paciente con los personajes, sobre todo cuando el objetivo del libro es transmitir algo más. 

Esto sucede en Nuoro, el pueblo natal de la escritora, un lugar situado en la región de Cerdeña, Italia. Elías, el del título, sale de la cárcel y se reúne con su familia, compuesta por los padres y dos hermanos. Uno de ellos, Pietro, está comprometido con una hermosa joven llamada Maddalena. El resto ya lo pueden imaginar solos. 

Deledda recibió el Nobel en 1926
El pobre Elías hace un esfuerzo por volver a encajar en la familia. Tiene malos recuerdos de “aquel sitio” (él lo llama así) y necesita encauzarse, aunque no parece mal muchacho. Incluso hace una peregrinación por un santo para que lo ayude. Lástima que no le pidió a San Francisco que el padre dejara de hablar a los gritos y que la madre se tomara un descanso. Porque si hay algo que se nota a la legua, casi por sus luces de neón, es que los mandamientos sociales se cargan como una cruz. Y creo que eso Deledda lo tenía en cuenta y necesitaba mostrarlo. A Elías se lo describe como afeminado y lo tratan como a un bicho raro. Y Berte Portolu, el padre, quiere que sus hijos varones sean leones (hay una fijación con la animalización), que beban (después de pedirle a la madre que les sirva, por supuesto), que demuestren carácter ¿Y hay otra muestra mayor de debilidad que la de sucumbir a la pasión por una mujer que está prohibida? En esta novela, no. La tentación, la vocación religiosa, los impulsos, todo está tratado con explicaciones casi místicas de por medio. Y no es ninguna sorpresa. 

Resumo qué me gustó y qué no. Me gustó el modo en que está escrito, la pasión que traspasa el papel con las palabras. Aunque el tono religioso pueda molestar a aquellos que no son creyentes (yo tengo una mínima tolerancia al discurso, algo que se adquiere después de leer tantos clásicos), la mano habilidosa de la escritora compensa la paciencia. Pero el gran problema es que esto se ve eclipsado por idas y venidas infantiles de Elías quien, a pesar de contar con personajes que lo aconsejan, no escarmienta. Y cuando toma una decisión definitiva, ya es ridículamente tarde. SPOILER Dejar que Maddalena y Pietro se queden a cargo del resultado del “pecado” es egoísta. No haberla salvado de su hermano, tan violento y tan irreflexivamente malo de un día para el otro, también fue egoísta. Y seguro que Elías también se hubiera cansado de esa mujer, cuyas cualidades se reducen a ser buena (en esa época y en ese lugar, sinónimo de “que obedece al marido”) y hermosa. FIN DEL SPOILER Como digo siempre, son cuestiones de contenido pero a fin de cuentas influyen en el disfrute de la novela y me permiten analizar los comportamientos en otra época. 

Me quedan varias cosas en el tintero (o en teclado) pero prefiero terminar para no seguir usando los spoilers. Deledda es talentosa, eso no lo dudo, y pone especial énfasis en retratar la vida en una zona rural, lejos de la Italia continental. Hubiera preferido otra historia, antes que experimentar ese ambiente a través de las caprichosas acciones de un joven indeciso. Seguiré leyendo a Deledda, pero sería bueno que sus libros estuvieran a disposición y no que sea una figurita difícil de encontrar.